
Un joven de alrededor de 20 años, llamado Alfonso, que vive en un apartamento vecino al local donde se llevaba a cabo el acto, declaró: “Yo ya estaba pronto para tirar una caja llena de mamaderas vacías. Pero a medida que pasaba el tiempo, nadie vino al acto. Estaba el turco solo. Y como no me molestaba, ni me gasté. Uno no es un vándalo, ¿viste?”
Después de esperar dos horas y que no llegara nadie, el legislador se subió al estrado. “Para la próxima voy a invitar a mi familia, a ver si viene alguien”, dijo a las risas Abdala.
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